Condicionamiento clásico en la adicción

 

Wikler (1965) fue el primero en establecer una teoría del condicionamiento en las drogas, planteando un síndrome llamado abstinencia condicionada, por el cuál, diversos episodios de abstinencia (RI) podrían haberse relacionado con estímulos ambientales (EC), y provisionalmente la presencia de estos estímulos ambientales o el simple hecho de pensar en ellos podría provocar una RC de abstinencia.

La tolerancia se da tras la administración repetida de la droga, haciendo que los efectos disminuyan y haciendo que el organismo necesite cada vez cantidades mayores de droga para producir efecto. Jaffe (1982) distingue tres tipos de tolerancia: disposicional, farmacológica y conductual. La tolerancia disposicional es la capacidad que el organismo posee para convertir la droga que circula en el torrente sanguíneo en compuestos inactivos que son excretados, provocando el descenso en el efecto de esta. La tolerancia farmacodinámica actúa mediante cambios que se provocan en los sistemas afectados, así una misma cantidad de droga que alcanza sus sitios concretos de acción, produce un efecto menor; hay distintos modelos sobre los mecanismos de esta tolerancia. Ambos tipos de tolerancia comparten una sola suficiente y necesaria condición para que se den, la presencia sucesiva de la droga en los sitios apropiados del organismo. Por último, en la tolerancia conductual influyen tanto la experiencia directa con la droga, como la experiencia con los estímulos y señales ambientales presentes en la autoadministración de la sustancia.

Se da un condicionamiento clásico en la tolerancia: cuando una droga (EI) se administra, su efecto (RI) va precedido de la estimulación ambiental en que se realiza la administración (EC). Si la RC que elicita la estimulación ambiental son de signo opuesto al efecto de la droga (EI), entonces se produce una RC compensatoria, atenuando los efectos de la droga mediante la repetición sucesiva de su administración.

También se dan RC a la droga tales como la “fantasía de la aguja”: aparecen efectos positivos agradables, consecuencia de la autoadministración de una sustancia farmacológicamente inerte, como por ejemplo una solución salina. Esto se da porque las conductas relacionadas con el consumo de drogas han pasado a ser reforzadores condicionados provocando cambios fisiológicos, con solo realizar el ritual de inyectarse por ejemplo. En el síndrome de abstinencia también se hayan emparejadas y condicionados estímulos específicos, ya sean personas o situaciones, que sirven como EC para provocar respuestas de abstinencia (RCs compensatorias); estando el deseo y el síndrome de abstinencia controlados por estímulos ambientales asociados al consumo.

Otro factor que elicita el deseo de consumo y el síndrome de abstinencia son determinados eventos desagradables y estados emocionales tales como la depresión, tristeza etc.

 

Gómez, J. L. G., & Isabel, J. A. C. (1991). Condicionamiento Clásico en la adicción. Psicothema3(1), 87-96.